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domingo, 28 de mayo de 2006

UN POCO DE HISTORIA

CANCIÓN CHILENA

1982:
Primera formación de Napalé.
De izquierda a derecha, y de arriba hacia abajo: Rodrigo Pérez, Pablo Sepúlveda, Reynaldo Villalobos, Felipe De La Cerda, Fernando Mena y Ernesto Pérez.



El conjunto vocal e instrumental Napalé nació en Santiago de Chile en agosto del año 1982, formado por entonces jóvenes estudiantes de música clásica poseedores también de un profundo aprecio por la música popular de raíz folclórica, y especialmente por La Nueva Canción chilena. Dicho movimiento, luego de los trágicos hechos acaecidos en septiembre del año ´73, se vio prohibido y sólo resurgió abiertamente dentro del país en la década siguiente con conjuntos y solistas nacidos mayoritariamente, como Napalé, al amparo de los espacios universitarios.



2004: Junto a Freddy Torrealba y Melvin Velásquez en el Galpón Víctor Jara.
Rodrigo Arratia, Carlos Miranda, Alejandro Ibarra, Ernesto Pérez, Rodrigo garcía, Ignacio Ugarte y Jorge Lillo.

Es común que se relacione a Napalé también con el Canto Nuevo. Aquél apelativo fue acuñado por Ricardo García, destacado hombre de radio y fundador del Sello Alerce, para definir o identificar una forma de hacer música, y para referirse a un conjunto de grupos y solistas, que representaban una postura específicamente contraria a los hechos que se sucedían en el país. ¨Canto Nuevo¨, buscaba ser un concepto que buscaba continuidad en referencia al de Nueva Canción. Napalé prefiere situarse de una forma más genérica entre los conjuntos de música popular con raíz latinoamericana, o apuesta por lo que debiera llamarse ya Canción Chilena a secas, evitando tanta sub-clasificación y exclusión involuntarias.

Sin embargo, con un punto de vista más amplio, Napalé debe verse sobre todo como un Ensamble, pues aparte de utilizar diferentes instrumentos que componen normalmente cualquier orquesta, se apoyan en instrumentos tradicionales de toda América.
Habría que pensar si esta música no refleja ya no sólo la integración entre las fronteras, si no que también la identidad formada a retazos, propia de los pueblos mestizos y de los que se han cruzado o han fundido su camino y su destino con el de otros, como es el caso de toda, o casi toda América, y de todo el mundo, a fin de cuentas.

1984: Reynaldo Villalobos, Alejandro Ibarra, Felipe De La Cerda, Ernesto Pérez, Rodrigo Pérez y Fernando Mena.

Sin perder de vista ese contexto, y fruto de la formación académica de sus integrantes, el grupo orientó paulatinamente sus esfuerzos hacia una concepción estética que reuniese en un solo proceso creativo diferentes fuentes simbólicas que componen nuestra identidad cultural, como latinoamericanos y como ciudadanos del mundo, hermanando instrumentos propios de la región andina americana -como ya hicieron exitosamente los conjuntos y solistas de la Nueva Canción- junto a otros usualmente asociados a la tradición musical orquestal, erudita y folclórica de Europa, y utilizándolos sacando partido a su condición de instrumentos de resonancia puramente acústica, amparándose, adicionalmente en el rico acervo de la tradición literaria y poética hispanoparlante y amerindia.

El conjunto ha podido mostrar sus creaciones e interpretaciones tanto en el norte como en el sur del país, y además ha viajado a Rusia, Suecia, Holanda, Bélgica, Alemania y Dinamarca en 1985, y en dos oportunidades a Brasil, en 1988 y 1989, con gran recepción de público y entrevistas y presentaciones en radio y televisión. Los recursos obtenidos por ese medio han sido mayoritariamente utilizados para autofinanciar grabaciones y en adquisición, construcción y/o reparación de instrumentos.


1985:
Single editado en Alemania,
Festival de la Juventud y los Estudiantes



En 1988 el Periodismo de Espectáculos brasileño concedió el “DESTAQUE INTERNACIONAL DO AÑO” a Napalé, junto a Paco de Lucía y Sting, en la categoría mejor artista extranjero en la primera Muestra Internacional de Cultura, LATINOMÚSICA, llevada a cabo en la ciudad de Porto Alegre.



ERNESTO PÉREZ
Tenor.
Tiple, Guitarra.


ALEJANDRO IBARRA
Barítono.
Percusión,
Clarinete, Zampoña.

JORGE LILLO
Barítono.
Guitarrón mexicano, Contrabajo, Zampoña,
Quena,
Guitarra, Percusión.

CARLOS MIRANDA
Tenor.
Flauta traversa, Cuatro, Charango,
Guitarra,
Quena, Zampoña, Percusión.

IGNACIO UGARTE
Barítono.
Guitarra, Zampoña, Tiple,

Percusión.


RODRIGO ARRATIA
Tenor.
Zampoña, Quena, Flauta traversa,
Cuatro, Charango, Tiple, Guitarra, Percusión.


RODRIGO GARCÍA
Barítono.
Violoncello, Rabel,
Percusión.

www.musicapopular.cl

Hay un conjunto que fue tan subversivo como Quilapayún. No vivió en el exilio, sino en medio del hervidero de la dictadura militar. Y entre esa nebulosa ayudó a mantener vivo el espíritu de la Nueva Canción Chilena con un mensaje a veces explícito, a veces oculto en su presentación de grupo de "música clásica": Napalé. Junto con Barroco Andino sobrevivió a los años duros y llegó a ser el más importante ensamble continuista de la estética que desde la Cantata Santa María de Iquique (1970), unificó las músicas docta y popular.

Su historia requiere un preámbulo. A los talleres musicales para niños que en 1975 encabezaban los integrantes de Barroco Andino, Jorge Soto León, Patricio Wang y Jaime Marabolí, llegaron los hermanos Ernesto Pérez (n. 1960) y Rodrigo Pérez (n. 1961), y Fernando Mena (n. 1962). Provenían de familias de gran cultura de la música clásica europea, pero al interior del taller conocerían los instrumentos propios del folclor. Hasta 1977 formaron parte del grupo Barroco Andino Juvenil (conocido también como "Barroquito"). El quiebre de Barroco Andino ese mismo año decretó el final de la sección de alumnos. Sin embargo, tanto los hermanos Pérez como Mena ya se encontraban involucrados con la música y tenían planes para su futuro.

Formaron Napalé al reunir a músicos de dos pequeñas agrupaciones que en 1982 estaban en retirada: Umbral, con Ernesto Pérez, Felipe de la Cerda y Pablo Sepúlveda, y Fragua, con Rodrigo Pérez, Fernando Mena y Reinaldo Villalobos (quienes tocaron junto a Hugo Moraga en 1981). Napalé se configuró como sexteto acústico por estos estudiantes de medicina, historia, veterinaria y filosofía, y desde 1982 lanzaron su manifiesto estético: acento en el trabajo vocal (heredado de los ensayos del grupo Umbral), rigor en la composición y los arreglos (desde Fragua) y la presencia de dos instrumentos que en 25 años jamás fallaron, el cello y la zampoña.

Las acciones se iniciaron en medio de la tensión y las movilizaciones políticas de los '80. Ante audiencias multitudinarias en universidades y poblaciones marginales, interpretaban obras de Quilapayún, Amerindios ("El coligüe") o Violeta Parra ("Arauco tiene una pena") desafiando la represión. Los miembros del grupo decían "las cosas por su nombre", militaban en el Partido Socialista y cada vez que subían al escenario se vivía la incertidumbre ante la probabilidad de terminar en algún centro de detención. Fue su época más política y directa, cuando además musicalizaron el discurso de Salvador Allende antes de morir en La Moneda. "Las últimas palabras" se convirtió en un nuevo himno de batalla, con ajustados arreglos orquestales que diferenció notoriamente a Napalé del caracter popular del trabajo musical realizado sobre los mismos textos realizado por el grupo Aparcoa.

Instrumentos, composiciones, álbumes, militancias
Desde ese momento la figura de Rodrigo Pérez alcanzó el protagonismo como compositor hasta su retiro en 1998. Sus piezas llenaron los primeros álbumes y dieron al grupo ese carácter de erudición musical. Hasta 1987 Napalé se enriqueció instrumentalmente con la inclusión de flauta traversa, clarinete, marimba y glockenspiel (juego de timbres). Y además generó un contacto directo con Luis Advis, cuya serie de seis canciones incluidas en la obra Cançoes brasileiras fueron grabadas para el disco Napalé (1986). Pero no fue sino hasta el viaje a la Unión Soviética en 1985 cuando adquirió su jerarquía definitiva.

De regreso a Chile tras actuar además en las dos Alemanias, Dinamarca, Suecia, Holanda y Bélgica, Napalé ya no era un grupo de cámara sino una pequeña orquesta clásica. Era capaz de estilizar la música de raíz popular, de trabajar colectivamente como ensamble más allá del virtuosismo instrumental que requerían las composiciones, y de mantener su ambivalencia tanto en la música clásica europea como en la música mestiza latinoamericana. Para Crónicas (1992), Rodrigo Pérez musicalizó "Se unen la tierra y el hombre", obtenido de Canto general, de Pablo Neruda, además de la canción del Ejército Rojo "En marcha", del ruso Zoloviev Sedoy. También compuso una muy avanzada obra a la que tituló "Divertimento macabro o elegía a la fiesta de La Tirana".

Los nuevos tiempos —de democracia y apertura— orientaron a Napalé hacia la música contemporánea. El grupo trabajó en el montaje músico-teatral Crónicas del nuevo mundo sin gran impacto y grabó la doble obra Suite tic-tac / Amor que calla (1993). La primera era una colección de canciones infantiles y la segunda un conjunto de musicalizaciones del poemario Desolación, de Gabriel Mistral. Esta nueva militancia de Napalé ya no era política como en la primera mitad de los '80, sino absolutamente cultural. Ahora importaban las cualidades de la música por sobre el mensaje de una canción contingente.

En 1998, luego de una múltiple rotativa de integrantes, fue el émbolo del conjunto quien optó por la retirada. Rodrigo Pérez dejó a Napalé en los puntos suspensivos de una interrogante. Sus obras suponía tal complejidad que cada vez que ingresaba un nuevo músico a las filas, el grupo se veía obligado a reestudiar las partituras y a ensayar de manera intensiva. Sin Pérez, entonces, aparecía la opción de disolver Napalé. Pero fue su hermano Ernesto Pérez, el único miembro fundador vigente, quien tomó la dirección musical y se volcó al trabajo de creación para entregar nuevas obras y arreglos al conjunto ("Cando se fue Magdalena", "Ausencia", "Escribo entre sueños", "Tú sabes que nadie vuelve").

También sumaron material original el clarinetista Alejandro Ibarra (con "Me peina el viento los cabellos" y "Cuando se trata de la tristeza"), el contrabajista Jorge Lillo (hijo del diseñador gráfico Jorge Lillo Valenzuela, que tocó en Cuncumén), con "Frontera sur" y "La niña de Guatemala"), el flautista Carlos Miranda (con "Preludio") y el quenista Rodrigo Arratia ("Canción nueva" y "Mal de amores"). Napalé siguió vivo por más de una década, regresando a su orientación primitiva de ritmos sacados de la música popular en sus siguientes álbumes Frontera sur (2003) y en Cruzando territorios (2006, en preparación).

—Iñigo Díaz.

lunes, 22 de mayo de 2006

FRONTERA SUR: ENTREVISTA A NAPALÉ 2003

2004: Concierto en Plaza Ñuñoa, Santiago

FRONTERA SUR: ENTREVISTA A NAPALÉ
Por MANUEL VILCHES,
para WWW.AMERICANTO.CL

" Napalé busca nuevos senderos (2003) "


Un acercamiento a la música popular, un trabajo de desarrollo de la percusión y mayor presencia creativa de los integrantes del conjunto simbolizan el nuevo período del conjunto, que plasmará en el cd “Frontera Sur”, que debiera aparecer en el mercado en los próximos meses.


“Yo creo que la gente nos conoce y se acuerda de nosotros, pero nos ha pasado que cuando anunciamos presentaciones nos dicen: ‘Bah, ¿ustedes todavía están tocando?”. De esta manera Ignacio Ugarte define la intermitente existencia de Napalé en los escenarios chilenos.
El grupo, de todas maneras, ya pasó los veinte años ininterrumpidos, aunque a veces las actuaciones no son todo lo seguidas que quisieran o que regularmente tengan que volver a montar el repertorio cuando sufren una nueva deserción.

Pero el inicio del siglo XXI encontró al grupo con los ánimos renovados y con ganas de mostrar su actual trabajo, una suerte de continuidad entre lo que está registrado en sus tres casettes “oficiales” (Napalé, Crónicas y Suite Tic Tac / Amor que calla) y algunos acercamientos más concretos que está realizando el grupo hacia una expresión quizás más popular en términos más sonoros y de forma, cosas que estarán plasmadas prontamente en el CD Frontera Sur, que sacarán de manera independiente a mediados de año. Además, el grupo tiene proyectado hacer una antología en un cd doble con sus tres primeras producciones.

El nuevo disco será el reencuentro del grupo con el formato canción y temas instrumentales que, según ellos, no excederán la duración convencional de un tema de música popular. Además, luego de la partida momentánea del otrora director Rodrigo Pérez de la formación (por motivos laborales), el grupo ha enriquecido su núcleo creativo y el nuevo trabajo tendrá creaciones de la gran mayoría de la actual formación del Napalé, compuesto actualmente por Jorge Lillo, Alejandro Ibarra, Ignacio Ugarte, Ernesto Pérez, Rodrigo Arratia, Carlos Miranda y Hernán Castro. Además, el cd anuncia versiones de un tema de Astor Piazzolla y temas del folklore mexicano y afrocolombiano, lo que también se enmarca en la intención del grupo de desarrollar su trabajo de percusión.


UN NOMBRE POR ERROR

El nombre Napalé nace de una gruesa equivocación de sus integrantes. Según explica Alejandro Ibarra, uno de los más antiguos entre la actual formación, no hallaban con qué nombre bautizarse y “uno se acordó de un ritmo venezolano que conocía y propuso que nos llamáramos Napalé. Bueno, el único problema es que el ritmo se llamaba en realidad ‘Mapalé’ y era colombiano”. Más allá del accidente, ese fue el inicio de un grupo que parte a comienzos de los ’80 y que ya tenía antecedentes, vinculados al eje del conjunto, los hermanos Ernesto y Rodrigo Pérez.
“Bueno, ellos se conocían desde niños”, explica Ibarra entre risas, “y siempre estuvieron metidos en la música. En un comienzo tuvieron contacto con Jaime Soto, de Barroco Andino, y además tuvieron acceso a la formación ‘académica’, por lo que cuando crearon el grupo ya estaban en busca de un cruce que, de todas formas, ya había iniciado otra gente de la Nueva Canción Chilena”.

Ibarra se recuerda que al momento de su entrada al Napalé, dos días antes del terrible sismo de marzo de 1985, (“o sea, con mi ingreso se produjo un terremoto”, sentencia), ya tenían montado algún repertorio de los emblemas de la Nueva Canción, como Quilapayún e Inti Illimani y otros temas como un arreglo instrumental de un tema coral del compositor ruso Soloviev Sedoy, que finalmente grabaron en Crónicas, en 1992. Sin embargo, el impulso que marcará la primera etapa del grupo será el encuentro con Luis Advis.

¿Cómo surgió el contacto con él?

Ibarra: Lo conocimos en 1986, cuando estaba terminando sus estudios de portugués. Advis es un tipo impresionante, que se lo pasa estudiando cosas nuevas y en esa época iba al centro de estudios brasileños. Para homenajear este idioma y a unos poetas que había conocido decide hacer algunas canciones con textos de poetas brasileños más un tema instrumental de homenaje a un músico brasileño llamado Ernesto Nazareth.
Las cosas coincidieron, él tenía su obra y vio que teníamos un grupo, así que nos planteó grabar esto. Por nuestra parte, teníamos casi todo listo para empezar al estudio. Empezamos a montar el repertorio, nos gustó mucho y terminamos haciendo el primer cassette “oficial”.

Jorge Lillo: además del trabajo de Advis, incluimos cosas pendientes con canciones que ya estaban montadas. Así grabamos de manera más oficial “Las últimas palabras”, del repertorio del Aparcoa, que es uno de los primeros temas que montaron los chiquillos y que es la que toda la gente recuerda y con la que más se identifica el nombre del Napalé.

¿Ese tema ya lo tienen borrado del repertorio?

Mucho tiempo lo cuestionamos. Antes de que la sociedad se pusiera tan crítica con esta democracia había un conformismo muy grande y en ese momento era difícil plantear un tema tan serio sin caer en el facilismo de decir “bueno, la gente no está aplaudiendo, toquemos las ‘últimas palabras’ y arrasamos al tiro”, para nosotros ejecutarlo era algo oportunista y en ese sentido lo desechamos por bastante tiempo.
Pero bueno, se hizo necesario de cierta manera recordar un mensaje tan querido y tratar de reenfocarlo, que a lo mejor ya no es aplastar un tirano sino de mantener un proyecto y creer en lo que para nosotros está bien y lo que está mal. Cuando lo volvimos a tocar la gente reaccionó más moderadamente de lo que pensábamos y para nosotros fue bueno sacarnos esa tranca, así que de repente lo incluimos.

Este tema, de alguna forma, los asoció con un tipo de música que no es lo más usual en su repertorio, al menos en el aspecto lírico.

Lillo: Claro, porque esa es la imagen que se ha hecho del Napalé, pero el grupo ha combinado inquietudes musicales y sociales. Por supuesto, ha habido acentos y épocas más propicias para cada cosa, pero en algún momento, cuando llegó la democracia, el contenido dejó de ser importante, no por nosotros sino por el público. Así que decidimos tratar de plantearnos, aunque suena algo peyorativo, más “musicalmente”, pero es un enfoque que está en el origen del grupo y que si bien ya estaba asociado desde hace mucho no estaba todo dicho.
Por ejemplo, no era tan común un grupo con cellista, porque todos los tenían como invitados y no lo integraban a la sonoridad del conjunto. Además, produjimos el experimento con otros instrumentos clásicos que en la Nueva Canción no se hacía más sostenidamente, salvo en el caso del Aparcoa.

De ahí llegó el Crónicas, de 1992, que lo hizo Alerce

Ibarra: lo distribuyó solamente Alerce, porque lo hicimos nosotros. Todos nuestros discos nos pertenecen.

Bueno, en ese disco ya se nota más el sello que marca el grupo, especialmente en el trabajo con obras, más allá del formato de la canción

Ugarte: Creo que ese sello se lo daba Rodrigo, en Crónicas está su primera obra pensada como algo global, quizás no como una cantata pero sí como una obra poético musical, con narrador en varias partes, etc. Después hizo lo de Gabriela Mistral, en su línea de compositor buscó obras de largo aliento, pero siempre lo combinamos con las canciones. De todas formas, últimamente hemos hecho hincapié de incorporar canciones de manera más espontánea, porque los integrantes han incorporado nuevas piezas.

De alguna manera, con este disco la gente comenzó a asociarlos con una música menos ligada a lo popular o más sofisticada.

Lillo: Eso puede obedecer a una imagen o un período que si bien no está abandonado complemente, si está como en paréntesis. Además, en estos temas pesan cosas escénicas: nosotros en un tiempo nos dio por tocar con partitura, lo que producía un distanciamiento con el público que pensaba de inmediato “estos tipos están tocando cosas dificilísimas”, pero en realidad a veces eran patrones folklóricos reconocidos por todos. Se creaba distancia innecesariamente.

Ugarte: por otra parte está la forma de componer de Rodrigo, la manera como arregló los temas y eso da el sello del Napalé, donde hay un acercamiento a lo docto pero que tiene raíz.

Lillo: creo que hemos oscilado entre los dos polos, pero ahora se puede decir que estamos buscando piezas más sintéticas y explorando cosas que no habíamos hecho. Hemos incorporado más percusión, hemos buscado ritmos más alejados del simple concepto de oreja, hemos investigado ritmos afro-caribeños, como es el caso del Mapalé.
Sobre la sensación de que nuestro sonido es demasiado docto, bueno no sé hasta donde se puede hablar de “demasiado” pero sí montamos con partitura, aunque a veces hasta por ahí no mas porque no somos grandes lectores a primera vista ni nada por el estilo.

Ugarte: pero más allá de la metodología, creo que el sonido del grupo que generó Rodrigo iba para el lado del grupo de cámara, muy preocupado del detalle y eso no suele ser muy “ popular”. O sea, es difícil que un grupo así, por ejemplo, se pueda escuchar en el Estadio Nacional.

Lillo: Es algo que nos hemos esforzado en creer que no es un problema del grupo, sino de que no hay espacios para que se pueda ofrecer esto, porque la gente está acostumbrada ir a un recital a estar parada, a gritar, a saltar y está bien que exista esa posibilidad, pero para algunos trabajos hay que sentarse y dedicarse a oír. Hay gente que dice que un trabajo como el nuestro es fome pero yo creo es cosa de aprender a oír.

Tres discos en 18 años no es mucho, ¿porque han tenido una producción tan esporádica?

Ibarra: yo creo que es la composición la que cuesta un poco. Además, la configuración del grupo ha hecho que hayamos tenido muchos integrantes en muchos periodos. Pasan momentos en que se van algunos y hay que traer a otros y montar de nuevo todo el repertorio.
También nos ha costado por el lado de la vigencia, porque si los Illapu hubieran tocado siempre el “Negro José” no hubiera pasado nada, pero ellos permanentemente muestran cosas nuevas y eso nos ha faltado en algún momento a nosotros.

Lillo: ha habido años muy malos, algunos completamente improductivos en los que hay un repertorio listo, pero se va otro integrante y pasa mucho tiempo para encontrar un músico nuevo, porque no se puede ofrecer sueldo ni viajes por el mundo pero sí acceso a instrumentos y a un grupo con ganas de seguir, pese a que quizás todos nos vayamos en algún momento.

Ibarra: por otra parte, creo que lo que nos pasa desde el penúltimo disco es que nos hemos hecho más viejos, no tenemos ni el tiempo ni la disposición hacia el grupo y hacia la música que teníamos cuando éramos más jóvenes. En ese momento teníamos todo el tiempo del mundo y el mundo era nuestro (se ríe).

Lillo:
ese será tu caso personal (risas)


Con respecto al envejecimiento, tú me decías que de la primera época del grupo recordabas con mucho cariño el primer cassette, me hablabas de una “mística” que no encontraste después…


Ibarra: Todas las grabaciones son especiales, pero para mí el primer disco me marca mucho y en realidad me acuerdo mucho de esa época. Bueno, todavía existía el régimen de Pinochet… y al mirarlo desde la distancia no es que lo eche de menos, sería como mucho, pero había otra mística. Era una época en la que había mucho compromiso en mucha gente, en que íbamos a tocar a las poblaciones, las parroquias se llenaban y había una “producción” en la que todo el mundo apoyaba, donde… no sé, era otro país, no digamos otra sociedad, pero había solidaridad en muchos aspectos y había mucha gente que se la jugaba… verlo desde ahora es súper fuerte.

Ugarte: creo que eso aún existe, pero era más palpable en que si uno se acercaba había una producción de parte de la gente, eran más organizados, tenían sus actos más contenido. Bueno, era un contexto diferente, ahora la cosa es más difícil, en las radios tocan casi sólo música extranjera, sólo se conoce a los pocos grupos que tienen algún tipo de historia. Pero ahora hay muchos grupos nuevos y la gente no los conoce. Napalé no es el único con ese problema.

Luego de esa actividad constante que tuvieron, ¿cómo los tomó el declive de presentaciones, en los ’90?

Ibarra: el cambio fue gradual, de a poco vimos que de actuar cuatro veces por semana empezamos a actuar mucho menos, muchísimo menos
Lillo: muchisisísísimo menos (risas)
Ibarra: pero tomamos la cosa como cualquiera, tratando de seguir tocando para cuando fuera.
Lillo: decidimos estar listos para los nuevos tiempos, para que cuando se ponga pesaa la pista se hicieran actos y se necesiten otra vez músicos para ¨animar¨ la cosa, ja-ja. Pon ahí que es broma...

FRONTERA SUR

¿Cuándo y por qué deciden afrontar la producción de Frontera Sur?

Lillo: siempre se plantea la necesidad de que si no se puede presentar uno en vivo, al menos hay que dejar testimonio para el futuro, para ese ego de los músicos de que “las generaciones futuras sabrán valorar lo que se perdieron las actuales”. Hemos tomado inspiración y grandes ideas de conjuntos y solistas que nadie conoce, pero que por suerte tuvieron la lucidez de grabar...
FRONTERA SUR llegó por casualidad, sabíamos que asumir el proyecto de un disco es caro y la plata no la juntábamos sin Fondart o algo así, postulamos varias veces y no pasó nada. De alguna manera asumimos que grabando temas de a uno podíamos negociar una mezcla o algo, para empezar.... Así ocurrió que a través de Alejandro llegó un contacto con gente que instaló un estudio (RAFF) y querían hacer su marcha blanca con nuestros temas sin costo alguno. Nos demoramos mucho en grabar, porque dependíamos de la eventualidad de que el estudio tuviera lugar entre sus trabajos pagados, así que como no recibimos presión de ningún sello para sacar el disco, tuvimos la comodidad de hacerlo de a poco. Queríamos lanzarlo el año pasado pero no se pudo y lo vamos a hacer ahora.

2004: Concierto en Plaza Ñuñoa, Santiago

¿Cómo podrían describir este nuevo trabajo?

Ugarte: hay diferencias en las composiciones, no hay ninguna creación de Rodrigo, salvo un arreglo. Hay mucho aporte nuestro, se puede decir que hay un acercamiento mayor a lo popular, además de una exploración de la percusión, hasta cosas de Piazzolla, hay harta diversidad pero se mantiene dentro de la línea sonora y de colores del grupo.

Lillo: de alguna manera creo que el disco enriquece la línea del grupo, porque hay una variedad mayor estilística y temática: en otros discos se nota mucho la mano de Rodrigo y después de escuchar, tú ya determinas a qué compositor corresponde cada creación. En este caso hay un mayor contraste entre autores, pese a que todos tomamos y respetamos la línea del conjunto (porque lo pensamos para él), pero también todos tenemos enfoques propios, y eso enriquece el marco....

Pese a que el grupo habla de metas y no de plazos, los Napalé presumen que el invierno del 2003 no se irá sin que Frontera Sur haya salido. Aún no comienzan las conversaciones con los sellos pero no descartan la línea de la independencia y tampoco tienen certeza de las posibles presentaciones de lanzamiento que pueden hacer.
En realidad, las prisas y las angustias de otras agrupaciones no entran para el conjunto, que aprendió a convivir con sus integrantes de la manera más armónica posible porque, tal como señala, Jorge Lillo, “este grupo tendría todas las posibilidades como para haberse acabado hace mucho rato, pero como nadie lo obliga a existir ni a no existir, entonces optamos por existir y trabajar”.

domingo, 21 de mayo de 2006

LA MÚSICA

2003: Fotografía de Thomas Wederwille.
REPERTORIO

En el ya amplio repertorio de Napalé, podemos encontrar tanto canciones de una época emblemática de la historia reciente de Chile, como creaciones originales que resaltan la obra de los más variados poetas americanos, junto a piezas instrumentales y obras de largo aliento o mayor exigencia interpretativa, creadas principalmente por el grupo, o bien recogidas por otros autores escogidos especialmente. Además, se han incorporado piezas recreadas desde el folclor de Latinoamérica con la perspectiva de incorporarlas al lenguaje de la música académica (y viceversa...).

2003: Apertura Pre-show jornada de cierre del homenaje a Salvador Allende ¨El Sueño Existe¨, Estadio Nacional.

En un recuento general de las piezas más significativas, mencionaremos
LAS ULTIMAS PALABRAS, de Marcelo Coulón, canción basada en el último mensaje del Presidente Salvador Allende; el ciclo de CANCIONES BRASILEIRAS, con textos en portugués de importantes poetas brasileños -Manoel Bandeira, Vinícius de Moraes y Cecília Meireles- y música de Luis Advis; la SUITE TIC-TAC, creada para una obra homónima de teatro infantil; CUANDO SE FUE MAGDALENA, y TU SABES QUE NADIE VUELVE, con poesía del Premio Nacional de Literatura Miguel Arteche y música de Ernesto Pérez; las obras SE UNEN LA TIERRA Y EL HOMBRE, y AMOR QUE CALLA, con poesía de Pablo Neruda y Gabriela Mistral respectivamente; DIVERTIMENTO MACABRO, una de las más logradas obras musicales de Rodrigo Pérez, que enfoca de particular forma la transculturización de la fiesta de La Tirana; ESCUALO, exigente pieza instrumental de Astor Piazzolla compuesta originalmente para su Quinteto Tango Nuevo y adaptada por Napalé para sus propios instrumentos; MALE BETULIA, canción (pirecua en lengua P´urhepecha) proveniente de Michoacán, México y cantada a capella, de forma similar a PRENDE LA VELA, tradicional de la costa atlántica de Colombia, entre muchas, muchas otras.


EL LOGO

Vicente Larrea / Luis Albornoz














Logotipo creado como parte de un estudio de imagen por el destacado diseñador Vicente Larrea, junto a Luis Albornoz, para la carátula del próximo Disco Compacto de Napalé: CRUZANDO TERRITORIOS, y para toda la discografía a reeditar o estrenar a futuro por el conjunto.
Además, Vicho(no le agrada que le llamen ¨Don Vicente¨) nos incluyó en la canasta los sellos distintivos creados por él: MÚSICA ES CULTURA, y MÚSICA DE CHILE, que estrenaremos en este disco.



Nos sentimos profundamente comprometidos por la amistad y la estrecha colaboración con que Vicho nos ha obsequiado, y estamos concientes que las carátulas de algunos de los discos más importantes y trascendentes de la historia de Chile, han pasado por sus ojos y por sus manos. Es un orgullo para nosotros contar con su apoyo, toda vez que él se acercó a nosotros atraído por nuestra música...

martes, 16 de mayo de 2006

DISCOGRAFÍA

1986:
Napalé.
Independiente.

Carátula original, y tentativa para futura reedición.


Durante veinticinco años de actividad constante, el conjunto ha realizado cinco grabaciones: La primera de ellas, NAPALÉ, fue llevada a cabo con aportes y patrocinio del Centro de Estudios Brasileros y del Comité Suizo de Solidaridad con Chile en 1986, e incluyó composiciones y textos de Luis Advis, Gustavo Becerra, Salvador Allende, Marcelo Coulón y de Rodrigo Pérez, entonces Director Musical del grupo.



1992:
Crónicas
. Independiente / Alerce
1994:
Suite Tic-Tac / Amor Que Calla. Independiente / FONDEC



En la década siguiente Napalé grabó el cassette CRÓNICAS
, y además SUITE TIC-TAC & AMOR QUE CALLA . El primero de estos trabajos fue producido conjuntamente por Eduardo Vergara y Rodrigo Pérez y fue editado por el sello Alerce. Junto a composiciones del conjunto, esta entrega aborda la poesía de “Canto General” de Pablo Neruda en la obra Se Unen la Tierra y el Hombre. SUITE TIC-TAC & AMOR QUE CALLA, fue editado con aportes del Fondo Nacional de Educación y Cultura, dependiente del Ministerio de Educación y distribuido en forma independiente. Aquí, con motivo de la conmemoración de los 50 años de recepción del Premio Nobel por parte de Gabriela Mistral, Napalé musicaliza los poemas de su obra Desolación, y los combina por otra parte con la Suite Tic-Tac, conformada por cuatro movimientos o piezas musicales compuestas especialmente para una obra de teatro infantil estrenada en Santiago a fines de los años ochenta.



2003:

Frontera Sur. Independiente / Sello Azul


En octubre de 2003, Napalé lanzó oficialmente su cuarta producción, la que al mismo tiempo constituyó su primer disco compacto: FRONTERA SUR. Este álbum incluye once temas originales, y fue posible gracias a que Napalé fue uno de los ganadores de la versión 2003 de la convocatoria realizada por el Sello Azul, dependiente de la Sociedad chilena del Derecho de Autor, SCD, y que fomenta la producción independiente nacional con un concurso anual. Napalé fue uno de los cuatro conjuntos o solistas galardonados en el género música de raíz, escogidos entre más de 500 trabajos y grabaciones presentados a lo largo del país.

El quinto disco de la agrupación es
CRUZANDO TERRITORIOS (2007, Independiente. Distribuido por el Sello Oveja Negra, Información en entrada aparte)

El proyecto que le seguirá, y que se encuentra en preproducción, es
una amplia selección de su material anterior: CANCIONES DE MEMORIA, (información en preparación) y dado que el material involucra un período entre 1982 y 2007, está concebido como un disco doble.
También se está disponiendo de material de conciertos desde 2004, para un disco single o doble en vivo, los que incluirán presentaciones en Irán y Grecia, países que Napalé visitó en enero de 2007 (
Información en entrada aparte).




2005:Ciclo de conciertos al aire libre en Plazas de la comuna de Ñuñoa, Santiago.

Napalé
ha tenido una trayectoria constante y sostenida, aunque esto pudiera ponerse en duda por su presencia en los medios radiales. Uno de los problemas fundamentales para toda la música chilena ha sido precisamente su difusión, (esto lo supo en su tiempo Violeta Parra, y hoy lo saben incluso artistas como Inti-Illimani o Quilapayún) pero la supervivencia del grupo felizmente no ha pasado ni pasa por los resultados inmediatos asociados a ese punto. Napalé comenzó siendo un sencillo pero ambicioso conjunto de estudiantes, quienes, a través de su arte, lograron primero posicionar su música en un entorno abiertamente hostil, obteniendo reconocimientos importantes desde sus primeras presentaciones. Creemos que es importante que los medios de comunicación den cuenta del abanico completo de la realidad, y no como sucede hoy, que los músicos y artistas terminan por buscar complacer a los medios para ser o sentirse reales. A inicios de los noventa, Napalé se suma a la tarea de trabajar por la cultura de una manera prácticamente anónima, pues a pesar de obtener dos premios del ministerio de educación, no se produce en forma significativa la apertura de los medios, esperada por quienes trabajaron desde dentro del país para el restablecimiento de una sociedad más equitativa. Esta situación, lejos de causar un efecto perjudicial para la existencia del conjunto, le dá más bríos en la búsqueda de una forma de creación que logre prolongar las raíces de un estilo que, para la opinión general, pareciera terminar en los conjuntos que brillaron durante inicios de la década del ´70.

La música actual de Napalé no se entiende sin analizar un proceso de más de dos décadas de labor en las que los músicos han dado pruebas importantes de un amor incondicional por su trabajo y una voluntad férrea de explicar su quehacer sencillamente a través de la evolución de su música, la que sin duda, a partir de FRONTERA SUR, y especialmente con CRUZANDO TERRITORIOS, ha dado muestras de una madurez en la utilización de un lenguaje propio entre quienes cultivan la música de raíz en Chile, y una calidad notoria y reconocida entre sus pares de distintas generaciones


REQUERIMIENTOS TÉCNICOS

FICHAS AUDIO, ILUMINACIÓN Y ESCENARIO




El conjunto Napalé no tiene inconvenientes en adaptarse a un sistema de sonido que contemple un mínimo de 24 micrófonos, modificando levemente, para ello, las posiciones arriba detalladas. Sin embargo, adjuntamos nuestra ficha completa, la cual ha sido pensada para dinamizar y distribuir adecuadamente los distintos instrumentos que desfilarán entre los intérpretes a lo largo del concierto . En cuanto a la iluminación, no tenemos otro requerimiento especial más que el de apoyar adecuadamente las atmósferas de cada canción, pero se indica de todas maneras la disposición de focos si los hubiera. Las fichas que adjuntamos son sugerencias que han funcionado bien. Esta ficha de sonido sirve perfectamente, como ejemplo, si se ocupa con la infraestructura propia de la Sala SCD Bellavista.


NAPALÉ

FICHA TÉCNICA
SISTEMA SALA

1 Consola 3210 ó 32 x 8 x2 (Soundcraft, Viena, Europa, Yamaha PM4000-3000).
4 Ecualizadores graficos 1/3 octava (Klarkteknik, Bss).
1 Crossover (dbx, Bss o similar).
4 Compresores dbx 160 (2 dbx 166, 2dbx 266).
1 Delay digital Roland 3000.
1 SPX 900 0 SPX 1000 Yamaha.
2 Reverb digital (Lexicom pcm 70, Rev 5).
4 Noise gate (dbx, Bss, Drowner).

SISTEMA MONITOREO (salas de más de 1000 personas)

1 Consola 3210 ó 32 x 8 x2 (Soundcraft o Yamaha).
Ecualizador para 10 mezclas.
4 Compresor Stereo.
1 CD Player.
6 a 10 Monitores de piso JBL MR 15”, Meyer, EAW
Amplificadores QSC 1.5 ó 2.0, Crest.

IMPORTANTE: Todos los monitores deben tener las mismas características técnicas

SISTEMA DE POTENCIA

El sistema deberá contar con tres vías (Hi-Midlow sublow) Stereo, con un nivel de presión sonora requerido al final de la sala de 98 db, con un headroom de 20 db. Para ello, se recomienda la instalación de:
Cajas compactas JBL modelos Concert Meyer, EAW.

LISTA DE CANALES

CANAL + INSTRUMENTO + MICRÓFONO


01 Voz Uno, Flauta, Zampoña, Quena: Shure SM 58
02 Voz Dos, Zampoña, Quena: Shure SM 58
03 Voz Tres, Zampoña: Shure SM 58
04 Voz Cuatro: Shure SM 58
05 Voz Cinco: Shure SM 58
06 Voz Seis: Shure SM 58
07 Voz Siete, Zampoña, Quena: Shure SM 58
08 Voz Ocho: Shure SM 58
09 Voz Nueve: Shure SM 58
10 Voz Diez: Shure SM 58
11 Voz Once y Clarinete Hi: Shure SM 58
12 Voz Doce o Clarinete Hi o Cajón: Shure SM 58
13 Charango 1 y Cuatro 1: AKG C451 ó SM 81
14 Guitarra 1 y Tiple 3: AKG C451 ó SM 81
15 Guitarra 2 y Tiple 1: AKG C451 ó SM 81
16 Cello: AKG C451 ó SM 57
17 Guitarrón: AKG D112 y CD
18 Contrabajo: Senheiser MD421 y CD
19 Guitarra 3, Cuatro 2 y Tiple 2: AKG C451 ó SM 81
20 Timba: Shure SM 57
21 Tumbadora: Shure SM 57
22 Guitarra 4, Cuatro 3: Shure SM 57 ó SM 81
23 Caja 1: Shure SM 57
24 Zurdo: AKG D112
25 Accesorios 1 y Platillo 1: Shure SM 81
26 Bombo Legüero 1: AKG D112
27 Marimba Hi: Shure SM 57 ó SM 81
28 Marimba Lo /Clarinete Lo: Shure SM 57 ó SM 81
29 Glöckenspiel Shure SM 57 ó SM 81
30 Accesorios, Bombo 2 y Platillo 2: Shure SM 81

Nota: La numeración de canales corresponde a la distribución de la “Ficha Audio Escenario”

ESCENARIO:

El escenario debiera contar idealmente con un frente o boca de 8 metros; 7 metros de fondo libre y una altura apropiada para la comodidad visual de los espectadores. este último detalle puede obviarse si sobre el escenario se cuenta con una tarima central firme de 4 x 3 mts. y de 0,5 mts. de altura aproximadamente, con dos escalas o peldaños seguros y firmes a cada extremo y recubierta preferentemente con tela, ojalá negra. En el caso de espectáculos masivos al aire libre, la altura y las medidas del escenario dependerán del criterio de los organizadores. Sin embargo, en esos casos la tarima central será indispensable para la ubicación de los músicos. También es una alternativa utilizar dos tarimas en diagonal enfrentándose en la parte trasera del escenario de 3 x 2 mts, también con 0,5 mts de altura y con tela negra y bajadas o escaleras.
Aparte, son necesarios dos mesas pequeñas o cajones de aproximadamente 0,5x0,5 mt. cada uno y cinco pisos o sillas firmes preferentemente de madera sin apoyo para brazos ni del tipo plegables.
Debe mencionarse además, que la prueba de sonido correspondiente a NAPALÉ debe finalizar a lo menos una hora y media antes de la entrada del público al lugar del espectáculo. El conjunto estará totalmente disponible a la hora que se le indique para colaborar con el cumplimiento cabal de este último punto.

ILUMINACIÓN:

28 PAR 56
(13 atrás para siluetas, 4 para cada costado y 7 por delante, cubriendo las posiciones de los músicos)
28 Filtros ( Ambar, Azul, Verde y Amarillo)
Consola y Power
Sistema trifásico de 32 Amperes